En los últimos años, las llamadas por Zoom y las reuniones virtuales se han convertido en partes integrales de nuestras vidas profesionales. Inicialmente una necesidad durante la pandemia, han permanecido prevalentes incluso en tiempos post-Covid. Sin embargo, un estudio reciente de la Universidad de Yale ha confirmado preocupaciones sobre la efectividad de estas interacciones virtuales.
Investigadores de Yale llevaron a cabo un experimento único para comparar el compromiso cerebral durante interacciones cara a cara y virtuales. Los participantes estaban separados por un panel transparente o conectados mediante pantallas de video. Utilizando tecnologías avanzadas como el seguimiento ocular, EEG y espectroscopía funcional cercana al infrarrojo (fNIRS), el estudio reveló algunos hallazgos preocupantes.
Hallazgos Clave: Cara a Cara vs. Virtual
Contacto Visual. Las personas pasaron más tiempo mirando rostros reales que aquellos en pantallas.
Actividad Cerebral. Las interacciones en persona mostraron un aumento en la sincronía intercerebral y una mayor fuerza de señal, indicando un contexto social más rico y un mejor procesamiento de expresiones faciales.
Implicaciones en el Mundo Real y el Futuro del Trabajo
El entorno controlado del laboratorio fue más propicio para la interacción virtual que lo que podría suceder en el mundo real. Los sujetos no estaban revisando correos electrónicos, enviando mensajes de texto o jugando juegos. Niños y mascotas no interrumpían. Sus cámaras siempre estaban encendidas, lo cual no es típico en las reuniones virtuales reales. Datos de Zoom muestran que el 42% de los participantes en reuniones virtuales prefieren mantener sus cámaras apagadas. Por separado, investigadores de Stanford identificaron el “cansancio por Zoom” como algo real, causado por factores como el contacto visual excesivo, la carga cognitiva, la extrañeza de verse a uno mismo en la pantalla y no poder moverse.
Según Fortune, los CEO están planeando tener a todos de vuelta en la oficina a tiempo completo en unos pocos años. Investigaciones que muestran que las interacciones virtuales son menos atractivas que en persona reforzarán su caso para un regreso completo a la oficina.
Los entusiastas del metaverso pueden encontrar alentador la investigación de Yale. Algunos, como Meta, están trabajando en tecnología para aumentar el realismo de las interacciones virtuales. El último casco Quest Pro de Meta incluye seguimiento ocular y detección de expresiones faciales. Estos movimientos y expresiones se pueden reflejar en el avatar de cada usuario. Sin embargo, en este momento, estos avatares están mejorando pero aún son primitivos y caricaturescos. Están a años de replicar la riqueza de las reuniones en persona.
Mejora tus Reuniones
Las reuniones virtuales y las llamadas por Zoom no van a desaparecer. Algunas personas trabajarán desde casa, al menos parte del tiempo. Los equipos seguirán incluyendo miembros en diferentes ubicaciones, incluso en diferentes países. Sin embargo, deberíamos considerar que nuestros cerebros se involucran menos en una interacción virtual que en una cara a cara.
Cuestiona la Necesidad
Como se discute en mi libro Fricción, las empresas a nivel mundial sufren enormes pérdidas de productividad debido a reuniones innecesarias. Antes de enfocarnos en mejorar el compromiso, deberíamos determinar si una reunión es necesaria y/o si se podría reducir el número de personas que asisten.
Usa Herramientas Virtuales Sabiamente
Las llamadas por Zoom están bien para actualizaciones breves y compartir información y otras reuniones rutinarias y transaccionales. Otros temas pueden tener un componente emocional más alto: revisiones de rendimiento, anuncios de despidos, celebraciones de equipo, etc. Si es posible, realiza reuniones que requieran compromiso emocional o colaboración extensa en persona.
Mantente Atento al Usar Virtual
A veces, reuniones de mayor importancia tienen que realizarse virtualmente incluso cuando preferirías que fueran en persona. Cuando esto suceda, todos deben tener sus cámaras encendidas. Presta mucha atención a las expresiones y lenguaje corporal de los participantes. Esto te ayudará a entender no solo lo que están pensando, sino lo que están sintiendo.